jueves, 30 de octubre de 2014

¿Y TU NIÑO INTERIOR?

SACA A PASEAR A TU NIÑO INTERIOR

¿Cuántos años tienes? ¿Cuánto hace que dejaste de ser niño? ¿Cuánto darías por volver a serlo?
Si hace mucho tiempo que no sabes lo que es disfrutar de verdad, si ya no te acuerdas de lo que es llorar de la risa, si reconoces que con los años has ido perdiendo ese brillo en la mirada, esa capacidad para disfrutar de las pequeñas cosas, es porque te has olvidado de que dentro de ti sigue estando aquel niño que un día fuiste.
Quizás haya llegado el momento de que lo saques de nuevo a pasear.

EL NIÑO INTERIOR

“Todos los mayores han sido primero niños, pero pocos lo recuerdan”. (Antonie de Saint-Exupéry)
El concepto “niño interior” se utiliza a menudo en el ámbito de la psicología para hacer referencia a esa parte de nosotros que está viva, llena de energía.
Simboliza nuestro ser emocional, nuestra parte creativa, nuestro yo más auténtico.
Es ese impulso que hace que te subas a un columpio cuando pasas por un parque, que te pongas a hacerle cosquillas a tu padre para que se ría cuando está muy serio; son esas ganas de meter el dedo en la comida, es esa sensación que tienes cuando te comes un algodón dulce de la feria, es la excitación que sientes cuando te cuelas en el metro o en el autobús… ¿te suena?
Aunque crezcamos, ese niño no nos abandona; sigue estando dentro de nosotros. Él es quien nos ayuda a reconocer nuestra propia voz, quien nos desnuda de todo aquello que no somos.
Ese niño es el amor que nace de la aceptación de tu persona. Ese niño es tu parte más genuina, tu esencia, tu Ser sin límites ni barreras.
Todos tenemos la necesidad de volver a ser niños de vez en cuando, y no es nada malo. Hay quien lo confunde con inmadurez, pero nada tiene que ver.
Cuidar del niño que llevamos dentro es una muy buena manera de mantener una autoestima sana, y además nos ayuda a sanar nuestras heridas emocionales cuando ya somos grandes.


PROBLEMAS EMOCIONALES

Muchos de los problemas como el estrés, la ansiedad e incluso la depresión vienen derivados de la falta de atención de ese niño interior del que estamos hablando.
Ese ser emocional es real, y habita en el fondo de nuestra conciencia. A menudo quiere ser escuchado, atendido, y amado, y lo que se encuentra es a un adulto desconectado de sus emociones.
Cuando nos hacemos mayores empezamos a reprimirnos cuando nos apetece hacer cosas que no son “propias de adultos”. Utilizamos expresiones del tipo “ya tenemos una edad” o “eso ya no toca”, e incorporamos a nuestra lista de miedos uno más: el miedo a hacer el ridículo.
Las personas que con el paso del tiempo centran sus prioridades en cuestiones de trabajo, de dinero o de responsabilidades no se dan cuenta de que están dejando de lado cosas tan simples pero tan necesarias como sentir, reír, soñar, descubrir, aprender… todo eso que es el centro de tu vida cuando eres un niño.
Las personas que viven envueltas en la vorágine de un estilo vida en el que todo es material, superficial, estresante y muy rápido son víctimas de una falta de ilusión, de ganas de vivir, que a menudo son la antesala de crisis, depresiones y problemas emocionales.

CUALIDADES Y VIRTUDES QUE CONVIENE RETOMAR

De niños, todos compartimos una serie de cualidades como el entusiasmo, la inocencia, la espontaneidad, la alegría o la imaginación. Lástima que muchos de nosotros vamos dejándolas por el camino.
Lo bueno de esto es que esas cualidades o virtudes siguen dentro de nosotros, aunque estén enterradas bajo un montón de creencias limitantes y contaminación social.
Si tomamos conciencia del bien que nos haría recuperarlas, nos resultará más sencillo reencontrarnos con ellas.
Quizás nos ayude hablar de ellas como capacidades. Capacidades que todos los seres humanos tenemos, puesto que nacimos con ellas y que, con un poco de ayuda y mucha práctica, podemos recuperar:

CAPACIDAD DE ASOMBRO
Cuando eres niño, todo, absolutamente todo, es nuevo, por lo que sorprenderte con cada descubrimiento es algo lógico.
Pero aunque pasado un tiempo ya las cosas más comunes sean conocidas, nadie nos impide seguir aprendiendo cosas nuevas. Para eso sólo hay que conservar una cosa: la curiosidad.

CAPACIDAD DE OLVIDAR Y PERDONAR
Los niños se pelean con un amigo y tardan dos minutos en perdonarse y volver a jugar. Los adultos inventaron aquello de “perdono pero no olvido”, lo cual indica que no perdonaron de verdad.
El perdón es la manera más fácil de sanar una herida y acabar con el dolor.

CAPACIDAD DE NO JUZGAR
Si quieres vivir en paz contigo mismo, una de las primeras cosas que te conviene retomar es la capacidad de relacionarte con los demás sin juzgarlos.
Olvídate de lo que está bien o está mal, de lo que es bueno y de lo que es malo, y dedícate a pensar en lo que te apetece y lo que no, lo que te hace feliz y lo que no. Vive y deja vivir.

CAPACIDAD DE ENTRETENIMIENTO
¿Cuál era tu juguete preferido? ¿Qué necesitabas para pasar un buen rato? Es posible que coincidas conmigo en la respuesta: cualquier cosa.
Cuando eras pequeño podías entretenerte con la cosa más absurda: una cuchara, un zapato o una servilleta. ¿Por qué? Porque el resto ya lo ponías tú: tu entusiasmo y tu imaginación hacían el resto.
Hoy en día, la queja principal de los padres cuando los niños llegan a cierta edad es siempre la misma: “Es que no se entretiene con nada”, “se cansan de todo enseguida”…
Y resulta que a ellos les pasa lo mismo. Hemos aprendido a que la fuente de estimulación ha de ser externa, y somos incapaces de divertirnos simplemente pensando, soñando, imaginando.
Nuestra imaginación no tiene límites: empieza a utilizarla a diario, en las cosas más cotidianas, y te sorprenderás.

Quizás sea el momento de que te sientes delante del niño que eras y le mires a los ojos. Pregúntale si eres el adulto que quería ser; pregúntale si está orgulloso de en quien se ha convertido.

Si la respuesta es sí, ahora en tu cara se dibujará una gran sonrisa. Si, por el contrario, te mira asustado y no sabe bien qué decirte, es que hace mucho tiempo que no te acuerdas de él, hace mucho que le ignoras, y estará entre triste y enfadado.

Piensa en qué puedes hacer para sacar a tu niño interior: jugar, cantar, patinar, dibujar, pintar, reírte, disfrazarte… Son sólo algunas ideas; seguro que se te ocurren muchas más.

Si quieres llenar tu vida de alegría, no esperes a ser padre: ¡saca al niño que hay en ti!

miércoles, 29 de octubre de 2014

VIVIR TRAS UNA MASCARA

Sé tu mismo


Lo mejor que todos podemos hacer es ser nosotros mismos, intentar ser alguien más para agradar a los demás es una pérdida de tiempo.

A final de cuentas no podemos engañarnos a nosotros mismos, ya que somos en realidad nosotros somos los que dormimos con nuestra alma y sabemos lo que somos.

Vivir tras una máscara es vivir una mentira y sobre todo si lo intentamos hacer por agradar a alguien más, es un acto que no debe de realizarse jamás, ya que perdemos parte de nuestra esencia como seres humanos.

Cada uno de nosotros somos seres irrepetibles y únicos que nadie ni nada en este planeta puede sustituir y tenemos un lugar importante en nuestro entorno, así que por qué cambiar esas cualidades tan hermosas que tenemos solo en un intento de ganar amistades que no valen la pena, ya que no nos aceptan tal y como somos.


QUITARSE LA MASCARA:


Una vez que la máscara ha sido puesta es un trabajo algo complejo quitarla de nosotros, pero el primer paso es la aceptación de nosotros mismos, querernos y amarnos es fundamental para poder vivir tal y como somos.

Tenemos que valorarnos y solo en el momento en que hagamos esto podremos saber que escondernos tras una máscara para ganar la aceptación de los demás no nos servirá de nada, ya que conseguiremos amigos de papel, que no nos sirven para nada, amistades falsas que a la más mínima prueba se rinden y caen en el suelo, una situación lamentable, que al final de cuentas nos dejará solos de nuevo.


Bien dice el dicho que es mejor estar solo que mal acompañado, y es que las amistades conseguidas a través de engaños y mentiras no durarán demasiado y causarán un daño tanto para nosotros como para los demás. No existe mejor papel para interpretar en la vida que el de nosotros mismos, es el papel que mejor sabemos hacer.

Vane

domingo, 26 de octubre de 2014

DESAPEGO = FELICIDAD

EL DESAPEGO ES FELICIDAD


Sólo TÚ, puedes hacerte feliz y todos los momentos presentes lo son porque tú estás en ellos. Y hoy, en el eterno presente, en el aquí y el ahora, tú serás feliz aunque hoy te acompañe esto o lo otro. Y podrás ir pasando de un momento a otro en la vida disfrutándolo plenamente, sin llevar cargas emocionales del pasado. Y como los lirios del campo y los pájaros del cielo estarás libre de preocupaciones viviendo siempre el Eterno presente.


Buda dijo:
El mundo está lleno de sufrimientos; la raíz del sufrimiento es el apego;
la supresión del sufrimiento es la eliminación del apego.

El desapego podría definirse como "carencia de sed". Piensa en el ánimo de una persona desesperada por la sed y en el de alguien que no la tiene. Observa mentalmente la diferencia. ¿En cual ves paz, tranquilidad, seguridad y en cual lo contrario? Ahora observa el mundo, la infelicidad que hay en torno y dentro de ti. ¿Qué la causa? La situación económica, el desempleo, las guerras, la soledad ...
Si observas bien, verás que no es nada de esto, porque si esto se solucionara aparecerían otros temas que seguirían causando la infelicidad. ¿Entonces qué es?.
Es que esa infelicidad la llevas contigo donde vayas. Esa infelicidad está en ti y no puedes escapar de ti. Está en tu programación, en tu computadora cerebral, son tus creencias; esas que te parecen tan lógicas que ni siquiera sabes que te tiranizan y esclavizan.
Tu mente no deja de producir infelicidad. Ahora, si lo analizas, verás que hay una sola cosa que origina la infelicidad: el deseo-apego.

¿Y qué es el apego?

Es un estado emocional de vinculación compulsiva a una cosa o persona determinada, originado por la creencia de que sin esa cosa o persona, no es posible ser feliz.
Tu mente dice: No puedes ser feliz si no tienes tal o cual cosa, o si tal persona no está contigo. No puedes ser feliz si tal persona no te ama. No puedes ser feliz si no tienes un trabajo seguro. No puedes ser feliz si no das seguridad a tu futuro. No puedes ser feliz si estás solo. No puedes ser feliz si no tienes un cuerpo a la moda. No puedes ser feliz si los otros actúan así. Y cuantos mas 'No puedes ser feliz si....'


Tu mente está programada para demostrarte constantemente (si no es por una cosa, es por otra) que no puedes ser feliz. ¡Todo esto es falso!

Espero que os sirva
Vane

fuente: pagina ho oponopono facebook

jueves, 24 de abril de 2014

Chi Kung: Los Seis Sonidos Curativos.

Tan sólo necesitaras unos 15 minutos y dejarás al cuerpo limpio de toxinas, clave fundamental no solo para mantener la salud, sino para el desarrollo espiritual.


Se trata de seis sonidos cuya vibración refuerza y depura cada uno de los principales órganos y sus canales energéticos asociados.

Los sonidos han de hacerse en el orden sugerido, (ciclo generativo). Sentado cómodamente y con la columna recta es lo ideal, aunque otras posturas son aceptadas. El objetivo es deshacerse de las energías negativas que ciertas emociones nos generan. Transmutarlas en luz y energía positiva.

Cada sonido se debe repetir 3, 6, 9, 12, 24, ó 36 veces, expirando hasta que se note que el aire que sale por la boca es frío.

Al inspirar se lleva energía positiva –una luz blanca- y se le sonríe al órgano, enviándole gratitud y alegría.

Lo ideal es que el sonido sea emitido hacia el órgano, para masajearlo con la vibración. 

Aquí os dejo la práctica de este maravilloso ejercicio de Chi Kung 


LA PRÁCTICA

Con los ojos cerrados se atiende al órgano (se pone la atención en él):

1. PULMONES: Con la lengua detrás de los dientes cerrados y con una exhalación lenta y prolongada, producir el sonido SSSSSSS

Hacerlo con la intención de soltar todas las tristezas y depresiones. Si viniera a la mente una situación o recuerdo triste aprovechar para eliminarlo. Este sonido limpia de toda tristeza al pulmón, el órgano donde se guardan esta emociones.

Al inspirar llevar la energía del coraje, del valor y el buen animo a los pulmones. Sonreír y brindarle amor a estos órganos. Conviene visualizarlos envueltos en una luz blanca.

2.- RIÑONES: Formar una O con los labios como si se soplase la vela de cumpleaños y con una exhalación lenta y prolongada emitir el sonido HOOOOOO, al tiempo que se elimina el miedo e inseguridad.

Si te viene a la mente en ese momento una situación o persona que produce miedo e inseguridad, no lo apartes de tu mente, piensa en ello mientras haces el sonido para eliminar el miedo de la situación.

Durante los periodos de descanso respira hacia los riñones y sonríele mientras le envías una luz azul o negra brillante. Siente la virtud de la Bondad y Paz.

3.-HÍGADO: pon la lengua junto al paladar y con una exhalación lenta y prolongada, produce el sonido SSHHHHHHHH. Al mismo tiempo que eliminas la rabia, la Ira, la cólera, la agresividad.

Si te viene a la mente en ese momento una situación o persona que te produce rabia, cólera o agresividad, no lo apartes de tu mente, sino piensa en ello mientras haces el sonido para eliminar la situación o persona de tu mundo interior, para transmutarlo.

Durante los periodos de descanso respira hacia el hígado y sonríele al tiempo que lo rodeas de una luz verde brillante. Siente la virtud de la Amabilidad.

4. – CORAZÓN: Con la boca completamente abierta colocando la punta de la lengua detrás de los dientes inferiores haz una exhalación lenta y profunda al tiempo que produces el sonido HAAAAAAAAA y elimina el orgullo, el odio, la soberbia, la impaciencia y la prisa.

Si te viene a la mente en ese momento una situación o persona que te produce esta emociones que estás eliminando, no lo apartes de tu mente, sino piensa en ello mientras haces el sonido para eliminar el odio, orgullo, etc. de la situación o de la persona. Durante los periodos de descanso respira y sonríe al Corazón al tiempo que lo rodeas de una luz roja brillante. Siente la virtud del Amor, y la Felicidad.

5-BAZO: Pon otra vez la lengua junto al paladar y haz una exhalación lenta y profunda al tiempo que produces el sonido GUUUUUUUUUUU (desde la garganta como el sonido de “Gemir”) y elimina la preocupación.

Si te viene a la mente en ese momento una situación o persona que te produce preocupación, no lo apartes de tu mente, mas bien piensa en ello mientras haces el sonido para limpiar la situación o la persona..

Durante los periodos de descanso respira y sonríe al Bazo al tiempo que lo rodeas de una luz amarilla brillante y sientes la virtud de la Belleza que potenciará positivamente este órgano.

6.-TRIPLE CALENTADOR: Si es posible haz este ejercicio tumbado. Con la boca abierta exhale lentamente el aire mientas hace el sonido HIIIIIIIIIIIIII. Cuando pares para exhalar, trata de imaginar un rodillo grande que va aplanando el pecho, el estómago y el abdomen, y siéntase vacío (es como cuando aplastamos con la mano una bolsa de plástico para guardarla. Sonríe al triple calentador (no es un órgano).

Esto equilibrará todas la energías activadas por los demás sonidos y relaja el cuerpo en general.

La práctica habitual de estos ejercicios depura al organismo de energías negativas, hace prevalecer nuevos y poderosos estados de conciencia de tal forma que se torna cada vez mas improbable caer en tristezas, depresiones, cóleras, miedos, etc.

Un estado de completud y felicidad se instala, es nuestro estado de conciencia original.

Espero que sirva
Vane

lunes, 21 de octubre de 2013

DIAGNÓSTICO EMOCIONAL

Te propongo un ejercicio para el que vas a necesitar unos minutos, pero te aseguro, que, como siempre, valdrá la pena, y será un tiempo bien aprovechado.
Es conveniente que cuentes con lápiz y papel, mejor que ordenador, ya que hay algo especialmente primario en el papel físico, que nos hace conectarnos más a nuestros sentimientos.
Tómate unos minutos para hacer un pequeño recuento de lo que ha sido el día de hoy, da igual que sea por la mañana, puedes, si es temprano, fijarte en el día de ayer.
Lo único que tienes que hacer es escribir (no, no vale hacerlo de memoria, el ejercicio entonces no funciona) una lista de las cosas que has hecho durante el día de hoy, una cosa por línea: me levanté de la cama, me di una ducha, desayuné,… hasta ahora. No importa si se te olvida algo, lo importante es que escribas todo lo que te acuerdes.
A continuación coge la lista, y uno por uno, párate en cada uno de los puntos de la lista y recuerda el momento en que lo hiciste: te levantaste por la mañana, por ejemplo, y ahora recuerda qué emoción sentiste al hacerlo: alegría, tensión, relajación (sólo las emociones). Y escribe la emoción al lado de la tarea correspondiente.
Sigue así con cada punto de la lista, hasta que hayas terminado con todos y cada uno de los puntos.
Sí, la finalidad de este ejercicio es permitirte hacerte una idea de tu estado anímico durante el día. Solemos ir tan rápido con nuestro día a día, que no tenemos tiempo ni de sentir lo que sentimos, y por eso ni lo sabemos, aunque a veces nos demos cuenta de que algo no va tan bien como nos gustaría.
Ahora fíjate en la lista de emociones, y fíjate en cuáles se repiten más. Este ejercicio suele producir bastante estupor en quienes lo hacen, y sobre todo respuestas del tipo: “pero yo no me siento así todo el día”, “¿quieres decir que el problema es cómo me siento?”, ¿Pero cómo es posible que no me haya dado cuenta antes?

Sean cuales sean las emociones que aparecen en tu lista no pasa nada. Sólo estás siendo consciente de una situación, que posiblemente se repite día a día. Ser consciente de una situación es lo que te permite introducir cambios. Por ejemplo, cuenta cuántas veces la emoción es alegría o amor. Si son muchas enhorabuena. No quiero decir tampoco que no debas sentir emociones no muy positivas durante el día, es incluso hasta saludable que las sientas, si no serías una planta, pero es el balance lo que importa.
Sólo es una muestra, que muchas personas no se atreven a realizar, hasta que llega el momento en que sienten que son como una olla a presión a punto de estallar, y siguen sin entender por qué, o lo hacen pero no saben por qué se sienten así.
Si actúas o piensas como consecuencia de sentir miedo, preocupación o sensación de escasez, lo que te recomiendo es que te detengas un momento y sientas la emoción que sientes en ese momento, porque es el momento para soltarla, para dejarla ir. Es este proceso, el de soltar o descargar la emoción el que te va a permitir disponer de todo el bienestar, y la abundancia que te mereces.


Y una vez hayas descargado o soltado la emoción prueba a hacer lo que tengas que hacer desde el amor, a ti mismo o cualquier otra persona o cosa, pero céntrate en sentir amor antes de empezar la tarea, y sólo observa los resultados, comprueba cómo te sientes después de completarla y también cuánto tiempo has tardado en hacerla y si el resultado ha sido mejor o peor que cuando la hacías con la emoción anterior. 

Espero que os sirva
Vane

lunes, 9 de septiembre de 2013

MÉTODO SEDONA: LIBERACIÓN EMOCIONAL NEGATIVA

El Método Sedona fue desarrollado como la manera más rápida, fácil y sencilla de "liberar".

Consiste en liberar emociones o sentimientos negativos y no deseados, que obstaculizan nuestro bienestar emocional.

 ¿Qué significa liberar?

En el Método Sedona se enseñan cinco formas de "liberar" o "dejar ir" sentimientos no deseados.

La primera, que se describe a continuación, consiste en simplemente elegir soltarlos.

Coge un bolígrafo, un lápiz o cualquier otro objeto que puedas dejar caer al suelo sin que se rompa. Ahora, agárralo con fuerza e imagina que es uno de tus sentimientos limitantes y que tu mano es tu consciencia. 

A continuación, abre la mano y mueve el objeto. Comprueba que eres tú quien lo está sujetando y que no está pegado a tu mano.


Ahora, suelta el objeto. ¿Qué ha sucedido? Has soltado el objeto y este ha caído al suelo. ¿A qué te ha sido fácil soltarlo?

Esto es lo que significa liberar. Es posible hacer lo mismo con cualquier cosa que sintamos.

Siguiendo con la misma analogía, si anduviéramos con la mano abierta, sería difícil sujetar el bolígrafo.

Cuando aceptamos o damos la bienvenida a los sentimientos, abrimos nuestra conciencia y permitimos que desaparezcan por sí mismos.

Con la ayuda de la siguiente descripción podrás utilizar el proceso tu mismo. Este proceso te resultará cada vez más útil a medida que lo apliques en la vida diaria:

1. Piensa en el asunto que deseas resolver y siente cualquier cosa que surja en este momento. Pregúntate “¿Podría aceptar lo que siento?”


2. Hazte a ti mismo la siguiente pregunta: « ¿Podría soltar lo que siento?». Sólo se trata de preguntarse a sí mismo si es posible hacerlo.


Tanto «Sí» como «No» son respuestas aceptables.
A menudo soltarás lo que siente aunque tu respuesta sea «No».
De cualquier manera, responde a la pregunta sin pensar demasiado, evitando buscar una segunda intención o entrar en debate consigo mismo sobre los méritos o las consecuencias de esta acción. Todas las preguntas utilizadas en este proceso son deliberadamente simples. No son importantes en sí mismas, sino que están destinadas a conducirte a la experiencia de soltar. Sigue adelante con el tercer paso sin importar lo que hayas respondido a esta primera pregunta.

3. A continuación, hazte a ti mismo la siguiente pregunta: « ¿Lo haría?».
En otras palabras, « ¿Estoy dispuesto a hacerlo?». De nuevo, evite el debate. 

4. Hazte a ti mismo la siguiente pregunta: « ¿Cuándo?».
Esto es simplemente una invitación a soltar lo que sientas. Es posible que consigas con facilidad soltar tus sentimientos de forma permanente ahora o puede que elijas agarrarte a ellos pero si decides soltarlos, ¡también puedes hacerlo!

5. Repite los cuatro pasos anteriores hasta que te liberes por completo de tus sentimientos.


RECORDATORIO IMPORTANTE


Por favor, recuerda que estas preguntas son deliberadamente simples. A medida que trabajes con ellas, la resistencia inicial a repetirlas una y otra vez desaparecerá, te resultará más fácil hacerlo y finalmente podrás incorporar la experiencia de soltar en tu vida diaria. Estas preguntas sólo son el primer paso en el proceso de soltar.

El Método Sedona es muy sencillo, y consiste en seguir 4 pasos muy sencillos:

1. Enfocarse en una situación y en el sentimiento que esta genera en nuestro interior, darle la bienvenida y no filtrarlo, dejarlo que nos penetre en su totalidad aunque duela.
2. Preguntarse: "¿Podría dejar ir este sentimiento?" y contestar (sí o no)
3. Preguntarse: "¿Lo haría?" y contestar si o no
Sin importar cuál sea la respuesta seguir con el siguiente punto
4. Preguntarse: "¿Cuando?", siendo "ahora" una respuesta muy válida (y favorable).

Esto se puede hacer cuantas veces sea necesario sobre cualquier sentimiento, hasta llegar a un estado de "ya no me importa" en el cual esa situación ya no afecta emocionalmente.

Esto es solamente el proceso básico en su forma más sencilla. Hay otras cuatro formas más de liberar que se encuentran explicadas en el libro de la imagen, pero aprendiendo a usar esta sencilla técnica en nuestro día a día, es más que suficiente para empezar a dejar ir algunos sentimientos.

Como siempre, espero que os sirva
Vane

Fuente:el-metodo-sedona.com

martes, 23 de julio de 2013

EJERCICIO PARA LIBERAR EL MIEDO

El miedo es una de las emociones más útiles e inútiles a la vez. El miedo es lo que hace que no cruces la carretera cuando vienen coches y por tanto te puedan atropellar. Es lo que hace que cuando una comida te huele “raro” decidas tirarla, “por si las moscas”. En ese sentido el miedo es útil y nos ayuda a sobrevivir, a ser conscientes de los peligros y a evitarlos, porque el miedo es parte de un perfecto sistema para garantizar nuestra seguridad, el pero viene cuando el miedo no es real, sino que es nuestra imaginación diciéndonos lo que podría pasar… de nuevo.
Distinto es cuando el miedo surge de pensamientos limitantes, experiencias negativas (tuve una pareja una vez, me hizo daño: si tengo pareja otra vez me volverá a hacer daño), o miedos de otros que hacemos propios o que hemos asimilado cuando éramos niños y a los que seguimos aferrándonos como si aún lo fuéramos.
Cuando el miedo no nos deja hacer algo que nos gustaría hacer, que creemos que seríamos más felices si lo hiciéramos, y nos mantiene estancados año tras año, sin hacer lo que realmente queremos, ese miedo no nos sirve. Por eso lo mejor es que te deshagas de él. O no. Puedes elegir si prefieres seguir con él o soltarlo. Y cualquier decisión que tomes está bien.

Si ahora no “caes” en algo que te produzca miedo, piensa en algo que te gustaría hacer y no haces: pintar, hacer surf, ir al cine solo, decirle a alguien que le quieres, cualquier cosa vale.
Ahora coge papel y lápiz, para que quede constancia por escrito y para que no se te escape nada. Imagina que vas a hacer lo que te gustaría hacer y no haces, o algo que te produzca miedo. A continuación escribe todas las sensaciones, imágenes y sonidos, excusas y peros que se te ocurran. Concédete un tiempo para esta tarea, dos minutos está bien, pero si necesitas más puedes concederte otros dos minutos y recuerda, no te enrolles, nada de “sí pero es que qué va a decir mi madre...”, en su lugar escribes : “qué va a decir mi madre”, y a por el siguiente. No debatas contigo mismo acerca de la conveniencia o no de lo que se te ocurre, estamos hablando de lo que sientes, así que sé escueto con lo que escribes.
Sí, ahora lo que toca es descargar o soltar lo que hay en la lista, no te preocupes si estás mal de tiempo vete de uno en uno sobre lo que has escrito, y como está escrito puedes volver sobre la lista en cualquier otro momento.
Ve a lo primero que hayas escrito y permítete sentirlo, hasta que te encuentres cómodo con esa sensación, imagen, etc. Sólo permítete abrirte a las sensaciones que se produce. Y ahora fíjate, ¿acaso se ha abierto el suelo bajo tus pies y un dragón te ha comido? ¿Te has muerto?¿Qué ha pasado? ¿Nada? Pues sí, cuando sientes algo que no te gusta mucho, tenemos la impresión de que si lo sentimos va a pasar algo malo, pero si lo dejamos estar ahí, sin resistirnos, normalmente se disuelve o evapora sólo, o simplemente se convierte en un concepto más sin carga emocional, ni negativa ni positiva. Si no has llegado a ese estado  sigue sintiéndolo, abriéndote a lo que  sientes, y permitiéndote soltar, hasta que sólo tengas sensación de paz y de tranquilidad. A continuación sigue con la lista, hasta que hayas acabado con todo lo que hayas escrito en la ella.

Se trata de llegar a un lugar en el que cuando pienses en ese tema sólo te produzca paz y tranquilidad. Si no es así: Párate, siente y escribe qué se te ha quedado atrás en la primera lista. Y vuelve a empezar.
El proceso es sencillo, pero no dejes que su sencillez te haga dudar de su efectividad, no quiero tampoco que lo creas a pies juntillas, sólo hazlo y comprueba si funciona o no. Al fin y al cabo si alguien te dijera cómo llega la luz a tu casa, donde se genera, por donde pasa, etc., seguro que no creerías que algo tan sencillo como apretar un interruptor iba a proporcionarte luz en el salón de tu casa, pero lo haces ¿no?
La finalidad de este proceso no es conseguir que hagas aquello que  no haces y te gustaría hacer. De lo que se trata es de liberarse de las autolimitaciones, creencias y pensamientos,  de los miedos a qué pasará, a qué dirán, etc. que puedan estar haciendo que no hagas algo que quieres y que te puede hacer feliz. Si cuando terminas el proceso te das cuenta de que en realidad no te apetece hacer lo que antes no hacías por miedo (créeme pasa muchas veces) o que no te quieres gastar el dinero que te cuesta, o cualquier otra cosa, está bien, objetivo conseguido, porque estás eligiendo desde la razón y la lógica, no desde el miedo.
Espero que os sirva
Vane

Fuente: elmetodosedona.blogspot.com.es