Cada vez se le da más importancia a la relación que existe entre lo que sentimos y nuestros estados de salud.
Las emociones son las principales causas del deterioro de nuestro organismo, la rabia, la ira, el resentimiento, el miedo, la tristeza....
Algunos ya saben y entienden todo esto, pero para muchos otros es complicado comprender que sus emociones influyan en la salud. Esto se debe a que desde bien pequeños nos enseñan que la solución o remedio ante lo que nos duele está "ahí fuera", es decir, en el médico y farmacia, en forma de pastilla, jarabe, etc.
Para poder curarnos debemos comprender que son y como nos afectan esas emociones.
¿Que son las emociones?
Las emociones son las reacciones que suceden en nuestro cuerpo ante las diferentes experiencias que vivimos. Ninguna emoción es mala, todas son reflejos e como vemos y entendemos el mundo.
La emoción y el cuerpo
El cuerpo es como una esponja: además de absorber los nutrientes y energía de los alimentos, también es muy susceptible a almacenar la forma en como sentimos la vida. El enfado es una emoción de resistencia, de control. Se puede manifestar de muchas formas: cuando somos intolerantes, desesperados, tenemos sentimientos de violencia o de venganza.
Para no ir más lejos, biológicamente podemos sentir los efectos evidentes de la emoción en nuestro cuerpo si nos observamos
EFECTOS DEL ENOJO EN NUESTRO CUERPO
Cuando estamos muy enfadados:
- Todo el cuerpo se tensa
- La sangre circula más lento
- Los músculos y articulaciones se engarrotan
- Se altera y rompe su equilibrio el sistema cardiovascular, hormonal y nervioso.
- Se altera de manera negativa la actividad cerebral
- Presión arterial se desequilibra aumentando frecuencia cardíaca
- Etc...
Si nos imaginamos que estos síntomas están en nuestro cuerpo varias veces al día, incluso varias veces a la semana y al mes....¿Como podría sentirse el cuerpo después de este desgaste severo interior? Y a esto no se ha agregado los síntomas que produce el miedo o la angustia, que son mucho más acentuados...
En realidad no es que esté mal enfadarse o sentir miedo, sino que como no sabemos que hacer con el lo guardamos, disfrazamos u ocultamos.
Pero el cuerpo no miente y tarde o temprano refleja todo lo que hemos sentido por dentro: si has estado tenso o has querido controlar las situaciones, se reflejará en tus articulaciones, si lo que más predomina son los miedos o la incertidumbre, se reflejará en problemas intestinales, gastritis o problemas de vista, y si los sentimientos son de desilusión y decepción puede reflejarse en forma de lupus, diabetes, anemia o incluso infecciones severas.
Es por eso la importancia de comprender lo que sentimos. Muchas veces vivimos tan deprisa que no nos damos tiempo de asimilar lo que sentimos y vivimos, evadimos los mensajes tan valiosos que nos quieren dar las emociones, las cuales lo único que quieren es llevarnos a una mejor comprensión y conocimiento de nosotros mismos.
Para poder canalizar mejor estas emociones se pueden practicar algunas actividades como Yoga o Tai-Chi. Y sin lugar a dudas, el Reiki como terapia alternativa es una buenísima solución para aliviar estos problemas y te puedas sentir mejor contigo mismo.
Que tema más interesante Vanesa!...
ResponderEliminarPara mi personalmente, la base de todo radica ahí, en una correcta gestión de nuestras emociones, en cómo aprender a controlar nuestros sentimientos y nuestros impulsos, en definitiva saber identificarlas y canalizarlas para que no nos afecten de forma negativa.
Como tu bien has dicho solemos recurrir a lo más cómodo, a lo que consideramos práctico, o simplemente a lo que conocemos, mucha gente desconoce la relevancia que pueda tener todo lo que comentas en tu post, pero es que no estamos educados para tener esa visión.
¿Que sería lo ideal? Que nos preocupáramos en aprender y en prepararnos para poder enseñar y educar a nuestros hijos en este sentido, esa es nuestra responsabilidad desde mi punto de vista.
De momento no existe esa asignatura en los colegios, mientras que en otros paises ya imparten clases desde bien pequeñitos sobre Inteligencia Emocional, que se basa precisamente en eso, en como aprender a gestionar nuestras emociones para llevar una vida mas saludable, tanto emocional como fisicamente como bien has explicado tu, mejorando tambien nuestras relaciones.
Creo sinceramente que si fuéramos conscientes del beneficio de aprender todo esto, la implicación sería mucho mayor.
El rendimiento escolar mejoraría de forma considerable, les daríamos a nuestros hijos una base sólida para afrontar su adolescencia, aumentaríamos su autoestima y por tanto mejorarían sus habilidades sociales para afrontar un montón de situaciones en un futuro.
En definitiva CALIDAD DE VIDA.
Me alegra saber que existen técnicas, actividades, o terapias que ayuden en este tipo de aprendizajes, muchas gracias por tus aportaciones! Que gente como tú dedique su tiempo a orientarnos y a enseñarnos estas y otras cosas que ya has publicado anteriormente, de verdad que es de agradecer.
Es un placer leerte...un abrazo enorme.
Rosa.-
Hola Rosa, primero darte las gracias por tu comentario, me aporta mucho leer vuestras opiniones y diferentes puntos de vista sobre el tema.
EliminarComo bien dices la base de todo radica ahí, en gestionar las emociones de manera correcta, pero por desgracia no se da esa materia en los colegios y nos toca a nosotros aprender a hacerlo para poder transmitirles a ellos una manera mejor de ser felices plenamente, pues nos ahorraríamos muchos disgustos.
Claro está que el aprendizaje no es nada fácil, identificar cada sentimiento o emoción, parar y ver en que parte del cuerpo te está afectando para poder poner remedio y controlarlo, canalizarlo..., intentar no caer en lo típico y acudir al médico al mínimo síntoma...no es fácil, pero es un camino que merece la pena aprender, por nosotros y por nuestros hijos.
A mi me encanta poder transmitir todo lo que voy aprendiendo, soy una persona curiosa y cuando un tema me gusta, voy picoteando información hasta empaparme de ella para aplicarla después a mi vida.
Muchas gracias por leerme Rosa.
Un beso